Testimonio de Vivian Santiago: Madre, maestra y líder comunitaria
Vivian, más conocida como Vivi, nació hace 32 años en el sector del relleno sanitario. Su historia nos muestra como a través de ser beneficiaria en un centro comunitario de Casa del Alfarero el proceso de transformación se ha llevado a cabo en su.
«En 1990 vine por primera vez a Casa del Alfarero, participando en el club de los Tesoros los días sábados, tenía 6 años. Por nuestras condiciones económicas mi mamá no podía brindarme la educación, pero desde el año 1991 ingrese como beneficiaria el Programa de Educación y Nutrición de CDA, lo cual fue una oportunidad muy grande para mí, ya que yo no podría seguir asistiendo a la escuela por la falta de dinero, me apoyaron con mis útiles y mi almuerzo diario, de esta manera pude estudiar y concluir mi nivel primario en el año 1997.»
«Al terminar la primaria, mi edad ya no era la correcta para poder seguir mis básicos, pero CDA me brindo opciones, una de ella el estudiar por madurez***, y eso fue lo que hice, no fue fácil pero ¡finalmente en el año 2004 me gradué de diversificado! Esta fue mi oportunidad para que yo creciera como persona y desarrollara los dones que Dios había puesto en mí.»
***La modalidad de educación por madurez, es una opción para estudiantes que no pueden asistir todos los días a la institución, también brinda la opción de cursar dos grados académicos por año acelerando así el proceso de formación.
De acuerdo al MINEDUC, en el 2015 la taza de deserción fue del 38%, más de 196 mil estudiantes a nivel nacional. Vivi estaba destina a ser parte de la estadística, pero al tener la oportunidad de asistir al centro comunitario contó con los recursos y apoyo para ser desarrollada. Durante sus años de estudio Vivi fue adquiriendo conocimiento y habilidades, que a su vez la fueron empoderando para así también servir a su propia comunidad.
«En 1997 como una forma de agradecimiento a Dios inicie como voluntaria en el programa de educación, apoyando como auxiliar de maestra, esta nueva experiencia me motivo a seguir adelante, soñaba con ser la maestra titular de un grado, y poder apoyar a mi comunidad a que más personas como yo pudieran salir de la pobreza, económica, espiritual e intelectual. El poder estudiar me abrió muchas puertas ya que yo podía desenvolverme en mi comunidad de una mejor manera y podía ser un ejemplo a seguir, estar en CDA me acerco a Dios de muchas maneras, ya que yo tenía que hablarle a los niños de como tener una relación personal de Dios, me enseñaron que todo lo que tengo depende de Dios. Parte de ello es que en el año 2,000 me
involucré como líder comunitaria, lo cual me ha ayudado a seguir sirviendo a mi comunidad, es una grata experiencia porque puedo ser útil para más personas.»
El proceso de trasformación no sucede de la noche a la mañana, para desarrollar a los Tesoros, se requieren varios años de trabajo continuo, pero
si ellos aprovechan la oportunidad el esfuerzo dará sus frutos, este ha sido el caso de Vivi. Después de 13 años Vivi esta empoderada con habilidades y conocimientos para ir fuera de su comunidad e impactar a otros.
«En el 2002, luego de 6 años como voluntaria en CDA, decidí buscar trabajo en otro lugar, Dios proveyó una oportunidad, y por 5 años trabaje y me desarrollo como maestra titular en una institución educativa, sin embargo aunque fue una experiencia muy buena, no me sentía completa ni satisfecha, pues no era un lugar donde se honraba a Dios.»
Confiando que Dios tiene un plan perfecto para su vida y deseando ser un modelo para su hijo Diego Andree, Vivi decide enfocarse en buscar la oportunidad de servir a su comunidad como maestra. Uno de los enfoques del plan estratégico de CDA es lograr que el 100% del personal de los centros
comunitarios sean miembros de las comunidades.
«En el 2014 decidí volver a CDA, como siempre me abrieron las puertas con amor he inicie como facilitadora en el área de nutrición, yo sabía que esa no era mi vocación y en el 2015 Dios me dio la oportunidad de ser maestra en el Programa de Educación. Esto me alegró porque estaba en el lugar donde siempre había querido estar y esta oportunidad mejoraría mi estabilidad económica y por lo tanto mi familia se beneficiaría. Ha sido una experiencia muy buena en mi vida pues ahora puedo enseñar a mi comunidad que cada día se puede mejorar, ser maestra me ayuda a poder guiar a la futura población de Guatemala, en especial a mi hijo, y poder empoderar a cada uno, para que tenga un mejor futuro.»
La travesía de Vivi aún no ha terminado, tiene muchos retos y sueños, pero ahora cuenta con las habilidades y conocimientos para continuar su proceso
de transformación y así impactar a su familia, comunidad y nación.
«En este 2016 me he propuesto terminar mi carrera universitaria, estudiar inglés y prepararme en el área tecnológica, quiero seguir luchando para que mi hijo sea una mejor persona y pueda tener un futuro exitoso. Agradezco a Dios por ponerme en esta comunidad, pues he podido superarme y ser alguien que genera cambios, también agradezco a Casa del Alfarero porque siempre ha mostrado amor hacia nosotros los TESOROS, por darme la oportunidad de ser una mejor persona, por brindarme todos los beneficios que me ayudaron a ser una profesional.»