Ángel es un joven de 26 años, desde pequeño fue beneficiario en uno de los centros comunitarios del sector del relleno sanitario, fue ahí donde inicio su
proceso de trasformación. Por más de 10 años CDA apoyo a Ángel de manera integral a través de los 5 programas, logrando así que Ángel desarrollara las habilidades y conocimientos que más adelante le servirán en la vida, y así alcanzar un estado de empoderamiento que le permite servir a su comunidad.
«Soy el segundo de cinco hermanos todos varones, vivo aun con mis padres quienes tienen más de 30 años de estar casados. Algo que puedo recordar fuertemente de mi niñez es la forma en que nuestra madre se ganaba la vida con trabajos de reciclaje de materiales, de igual manera mi padre trabajaba en un oficio donde los ingresos no cubrían necesidades básicas de la familia. A pesar de la condición social y económica siempre fuimos una familia feliz.»
«Una buena parte de mi niñez y adolescencia se desarrolló en Casa del Alfarero, en el año 1998 comencé a asistir a las actividades que realizaban para niños los días sábados, en ese tiempo empecé a conocer de Dios, sin embargo, no había tomado la decisión de tener una relación con Jesús. En el año 2000, inicié la secundaria y empecé asistir al programa de Educación de Casa del Alfarero. Recuerdo que en ese año Casa del Alfarero realizo un campamento, fue allí fue donde acepte a Jesús como salvador e inicie mi relación personal con Él. En ese tiempo el Señor me bendijo con el apoyo de una beca académica que cubrió los gastos de todo mi nivel secundario eso fue definitivamente una bendición ya que, en nuestro país, continuar con los estudios
después del nivel primario se convierte en un privilegio.»
«Recuerdo muy bien los años de secundaria, pero también que, en mi último año, mis resultados no eran satisfactorios, decidí desistir porque pensé que no valía la pena continuar, recuerdo que mi madre insistía que no dejara de estudiar, de igual manera los maestros de Casa del Alfarero. Un día viernes decidí no ir a estudiar, con un amigo decidimos descender al Relleno Sanitario e ir a trabajar como recicladores, y ¡así lo hicimos! Puedo mencionar que fue -una experiencia que nunca olvidare-, ya que trabajar en dicho lugar me enseño una gran lección, “El no desmayar, aunque la tormenta este fuerte”. Esa experiencia tan dura y de tan solo un día en el Relleno Sanitario, definitivamente cambio mi vida y el deseo de seguir adelante, el día lunes siguiente
a primera hora fui uno de los primeros en esperar que abrieran el colegio, ese año pude concluir exitosamente el grado y de igual manera el nivel de diversificado.»
Por más de 10 años Casa del Alfarero apoyo a Ángel de manera integral a través de los 5 programas, logrando así que Ángel desarrollara las habilidades y conocimientos que más adelante le servirán en la vida, y así alcanzar un estado de empoderamiento que le permite servir a su comunidad.
«Casa del alfarero ha impactado tanto mi vida que puedo mencionar que en lo espiritual fue donde más tuvo un realce, en las actividades evangelistas que se realizaban con los niños sembraron semillas que han brotado a su debido tiempo, en mi adolescencia inicié mi relación personal con Jesús, a los 12 años de edad empecé asistir a la iglesia, aprendí a cantar y tocar algunos instrumentos musicales los cuales aún en día ejecuto. Uno de mis sueños es servir al Señor a través del evangelismo.»
“En el 2013 Casa del Alfarero me dio la oportunidad de ser parte del staff, uno de mis primeros puestos fue asistente de bodega, y poco a poco fui ascendiendo como asistente del programa de Desarrollo Comunitario y actualmente soy el promotor del programa en uno de los centros comunitarios. Ha sido un privilegio y una oportunidad de parte de Dios a través de Casa del Alfarero ya que con la actividad que realizo puedo servir aquellos que más lo necesitan, y de alguna manera poder dar un poco de lo que recibí de gracia en un pasado.»
Ángel ahora esta empoderado con las habilidades y capacidades que le permiten seguir avanzado en su vida y servir a su comunidad, él está ahora
en la capacidad de seguir trabajando para realizar los planes que Dios tiene para su vida.
“En él Año 2014 aplique a una beca de un diplomado que un seminario teológico estaba brindando, solo dos logramos obtener
dicha beca por un año, esto aumento mi conocimiento de Dios y me ha permitido compartir con otros ese conocimiento.
“En el año 2015, Dios pone en mi corazón abrir un grupo en el cual se pudiera atender a jóvenes de una de las comunidades de
Zona 3, que no conocían de Dios y que estaban involucrados en actividades ilícitas, pandillas, drogas etc. Pensé en que posiblemente podrían asistir unas 20 personas a lo cual Dios me sorprendió ya que asistieron 142 personas tanto niños, jóvenes y adultos. La idea era atender a jóvenes pero actualmente en cada actividad que se realiza asisten un promedio de 75 personas de todas las edades, mi anhelo es vez poder animar a más jóvenes a trabajar para Dios en toda Guatemala.»
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Dios te bendiga Angel seguí adelante.